miércoles, abril 10, 2013

Reflexión Pedagógica alrededor de la Globalización Dominante


Hablar de globalización es referirse a un fenómeno que subyace en todas las esferas de la vida en cualquier ámbito, ya sea personal, familiar o societal.  Pero cuando este asunto se medita dentro del campo de la educación, se observa que dicho fenómeno ha tenido una intensidad, una velocidad y un impacto que ha cambiado muchas cosas de la vida pública y privada.  En esta ocasión, y basado en la lectura de los planteamientos de Marco Raúl Mejía en dos de sus libros al respecto, se procura llegar a la importancia de la educación popular que como un “arca de Noé” podría salvar a la humanidad de la inundación destructora de la filosofía de la fuerza capitalista.
En primera instancia, cualquier intelectual lo reconocería como una etapa del capitalismo que promueve la internacionalización del capital. Y bajo esta intención, según los diseñadores de esta ideología dominante, el mercado aparece como el instrumento eficaz que regula los intereses y las relaciones sociales haciéndolo de forma libre, ecuánime, equilibrada y justa; mientras que el Estado se asume ineficiente promoviendo su minimalización. En ese  sentido, el neoliberalismo es una forma de administrar la globalización capitalista que plantea su intencionalidad en el Decálogo de la globalización. Este decálogo se consagró mediante el Consenso de Washintong en 1993, así: (1) disciplina fiscal, (2) redefinición del gasto público, (3) reforma tributaria, (4) liberalización del sector financiero, (5) tasa de cambio competitiva, (6) liberalización comercial, (7) atracción del capital extranjero para nuevas inversiones, (8) privatización de las empresas estatales, (9) desregulación económica y (10) protección de los derechos de autor.
Teniendo en cuenta esta intencionalidad, el Banco Mundial sostiene una perspectiva con la cual se busca homogeneizar la educación desconociendo las culturas particulares y su modo de construcción de lo público; generalizar el desarrollo de sus requerimientos excluyendo las recontextualizaciones particulares de los territorios; pretende estandarizar los modelos y métodos de investigación en educación ignorando intencionalmente la complejidad del campo educativo para construir valoraciones únicas y afirmaciones tajantes. También lo caracteriza una actitud verticalista y simplista respecto a innovaciones y experiencias exitosas de las reformas asumiendo su transferibilidad intacta a otros países.
En segundo lugar, obsérvese cómo esta ideología aterrizar en el campo de la educación a través de las reformas impulsadas desde los organismos internacionales.  En estas reformas lo que han hecho es despojar a la educación en su carácter como derecho y convertirlo en un servicio. Por eso, el modelo escolar tiene un vacío de pedagogía, de profesores y de currículo.  Dicho vacío fomenta una despedagogización fomentada desde el ámbito de las competencias y los estándares.  A la par, estas reformas generan un currículo instrumental neoliberal que está reducido a planes de estudio, estándares y competencias, lo cual admite la racionalización de la profesión docente sin formación que asimila al maestro como un asalariado flexible con rango inferior a otras profesiones. Es decir, el profesor se convierte en un operador de la enseñanza a través de la simplificación del manejo de técnicas. Así, la despedagogización y la desprofesionalización docente se demuestran mediante la reducción del ejercicio docente al puro adiestramiento técnico en detrimento de la reflexión epistemológica y de sentido inherente a la pedagogía como un hecho social del saber.
De otro lado, la globalidad ha roto los límites territoriales desconociendo las soberanías nacionales. Por tanto, no reconoce ciudadanos nacionales, sino globales donde el ser humano sirve en función del consumo. Por eso, los Estados ya no están en capacidad de garantizar el estatus pleno de ciudadanía al ser limitada su soberanía por las reglas de juego del mercado global. En el plano ciudadano se encuentra implícita la primacía de lo individual sobre las mayorías que estimulan un beneficio personal cada vez más fuerte, de cobertura más estrecha y está bajo el control de grupo minoritarios.
En cuarto lugar, en la actualidad, la educación popular cobra vigencia como alternativa de poder de los excluidos desde lo glocal para configurar otros mundos y esas otras globalizaciones. Es decir, esta educación debe traducirse en redes de resistencias y autonomía que pueden tomar forma de movimientos sociales para enfrentar la dictadura del mercado y la colonización consumista de la vida, lo cual posibilita reestructurar el poder desde abajo y por los de abajo aglutinando sinérgicamente otras luchas en diferentes sitios y en múltiples niveles sociales.
Ahora, cabe la pregunta: ¿Cómo cabe la educación popular aquí? La respuesta a este interrogante pasa por el desafío de los educadores populares para dejar de ser idiotas útiles aclarando sus apuestas sociales, económicas y políticas en su actitud política y pedagógica reconcibiendo la manera como se construye sociedad mediante el acto educativo y pedagógico cotidiano.  Así, asumir este desafío se constituye en uno de los primeros pasos en la búsqueda de sentidos emancipadores en el campo educativo.
En conclusión, la educación popular tiene el desafío de convertir en realidad la globalización de la solidaridad que se respalda la capacidad de recomponer a la sociedad basada en la justicia desde la pluralidad que combata la segregación y la desigualdad.  En esta búsqueda, la nueva ciudadanía tiene como propósito politizar las discusiones sobre el desarrollo y la sustentabilidad. Pero ello debe concretizarse mediante la participación y la discusión social sobre estos asuntos para permearlos de una concepción más holística.

BIBLIOGRAFÍA
  • MEJÍA J., Marco Raúl. Educación(es) en la(s) globalización(es) I. Capítulo I y II. Ediciones Desde Abajo. Primera Edición. Bogotá, 2006. 332 páginas.
  • MEJÍA J., Marco Raúl. La(s) escuela(s) de la(s) globalización(es) II. Capítulo I y II. Ediciones Desde Abajo. Bogotá, 2011. 375 páginas.
  • RAVITCH, Diane. Por qué cambié de opinión. Artículo. Diario Le Monde Diplomatique. Edición Colombia. edición Nº94. Fecha de consulta: Marzo 10 de 2012. (Disponible en) http://eldiplo.info/mostrar_articulo.php?id=1170&numero=94

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