Reflexiones
iniciales para cambiar la mirada en torno a
ideología
de la globalización
Para las
comunidades académicas de las ciencias de la educación, la globalización es un
vértice reflexivo entre la política, la economía y la educación. En un contexto ideológico internacional que demerita el trabajo docente
mediante imposición de políticas mercantiles, los maestros tienen el reto y
compromiso social de recuperar el lugar central en el desarrollo de las
sociedades. Para ello, debe devolver por
el rumbo y reconocer el lugar, la cosmovisión que permitirá generar una nueva
discusión y crítica para replantear las pedagogías que subyacen en la labor docente
en cada contexto educativo. A continuación esbozo una visión panorámica de la
globalización para llegar a un planteamiento político de los docentes frente a
esta problemática que inunda todos los ámbitos de la vida.
En
primer lugar, la globalización es la fase actualizada del capitalismo neoliberal
que promueve la universalización de las relaciones mercantiles bajo una
ideología occidental de visión eurocéntrica y norteamericana. En dicha fase, el avance imperialista socava
la soberanía de los pueblos mediante unas nuevas reglas de juego que deterioran
los desarrollos históricos en materia de derechos humanos. Tal globalización
está marcada por predominio del capital
constante sobre el capital variable, predominio del capital financiero, surgimiento
de la industria transnacional, surgimiento del modelo post-fordista y toyotista
de producción y organización del trabajo, y la gestión y dirección multilateral.
Estos aspectos que la lógica del mercado someta la lógica del Estado mediante
la subordinación de las políticas a las reglas mercantiles como forma básica de
regulación.
Desde
la perspectiva de la globalización, el ser
humano visto en su totalidad como un medio de producción a partir de un Estado
virtual o global donde el capital financiero y las formas transnacionales
colocadas en el mercado no admiten regulaciones porque colocan las nuevas
condiciones. Así, el imperativo de la competitividad abre brechas en el derecho
al trabajo que se deteriora mediante la flexibilización laboral. Este fenómeno
está marcado con el subempleo permanente, la subproletarización con un capital
que anula el trabajo como derecho, que requiere cada vez menos trabajo lo cual
incrementa la incertidumbre de la sobrevivencia en la población económicamente
activa.
Estos intereses
económicos se respaldan en un pragmatismo político donde cada cosa
que se decide es lo único que se puede hacer condiciona las políticas en nombre
del cientificismo. Este pragmatismo e ideología globalizante comporta una falsa
neutralidad ética de la globalización y la tecnología en relación con la
naturaleza (antropocentrismo-geocentrismo) y el ser humano (nuevos derechos y
deberes) careciente de un criterio de justicia donde unos pocos ejercen el
poder bajo una lógica de acumulación de carácter destructivo.
De
otro lado, los mass medias desarrollan unas modelaciones culturales que abren
paso a la transformación de los imaginarios a
través de los cambios en nuestro mundo
común, el sonambulismo tecnológico, transformaciones de la esfera pública con el
abandono de la participación erosionando la autonomía individual, emergencia de
nuevos valores derrotando el pragmatismo político y el hedonismo de la
ideología dominante, nuevos contextos éticos que desvanecen las
responsabilidades individuales sobre las acciones, profundización de la meritocracia
formando élites tecnocráticas que afectan las políticas públicas, surgimiento de nuevos sujetos debido a la
lentitud decisoria de la democracia se “justifican” el consejo de los
tecnócratas.
De
esta forma, con el auge penetrante de los medios de comunicación y la
tecnología, la escuela ya no tiene el
patrimonio de la información contextualizada y ya es mismo mundo virtual le
compite. El asunto no es si la obtengo, sino cómo abordo o trabajo la
información que ya está a la alcance en cualquier parte. De ahí que deba
ocuparse la educación de la tecnología como cultura, más que de dominio y uso
procedimental. Por eso, la escuela debe enfocarse transdisciplinariamente para interiorizar en su comunidad las
tecnologías en su cultura escolar específica con el fin de producir pedagogías
locales.
En
tercer lugar, las reformas educativas contienen
una mirada sobre el aspecto social educativo, tiene una lógica administrativa,
financiera y económica que oculta la complejidad social y del mismo proceso educativo.
Tales reformas son criticadas por su oscuridad en el manejo porque sus
políticas y proyectos no son muy transparentes asociada al clientelismo
tecnocrático. En últimas, estas reformas lo que han hecho es despojar a la
educación en su carácter como derecho y convertirlo en un servicio.
Por
último, ante este panorama que contempla otros aspectos no mencionados en esta
reflexión, la realidad del magisterio es enfrentar -entre otras cosas- el espíritu de la despedagogización. En
Colombia, la despedagogizaciónde la práctica docente está respaldada legalmente
a partir del nuevo estatuto docente (Decreto 1278/2002) que permite que
profesionales no licenciados se incorporen a la carrera docente. Tal apertura
asume que la didáctica se limita a cuestiones técnicas para la instrumentación
pedagógica.
En
conclusión, considero que la configuración
crítica de la pedagogía debe tender hacia la generación de geopedagogías que
brinden un carácter y una identidad a sus prácticas locales pedagógicas. De ahí
que sea indispensable el surgimiento de prácticas geopedagógicas que sean
reconocidas como necesidad de otros tipos de educación y de otras
globalizaciones. Para ello, se requiere del desarrollo de unas potencialidades
críticas que en su práctica permitan la capacidad de construir caminos
alternativos respecto a la emergencia de otras globalizaciones. En suma, la
esperanza de las sociedades reposa en parte en el compromiso social y político
de los docentes frente a estos tiempos de la globalización que destruye todo lo
para confundir todo lo humano; pero hay un dicho: cuando se cambia los
pensamientos, se cambia el destino. En lo personal se ha emprendido tal
esfuerzo, ahora es momento de aglutinarlo en diversas formas que confluyan en
restaurar el carácter esencial de la Escuela en el desarrollo de las naciones.
BIBLIOGRAFÍA
· MEJÍA J., Marco Raúl. Educación(es) en la(s) globalización(es) I. Capítulo I y II. Ediciones Desde Abajo. Primera Edición. Bogotá, 2006. 332 páginas.
· MEJÍA J., Marco Raúl. La(s) escuela(s) de la(s) globalización(es) II. Capítulo I y II. Ediciones Desde Abajo. Bogotá, 2011. 375 páginas.
· RAVITCH, Diane. Por qué cambié de opinión. Artículo. Diario Le Monde Diplomatique. Edición Colombia. edición Nº94. Fecha de consulta: Marzo 10 de 2012. (Disponible en) http://eldiplo.info/mostrar_articulo.php?id=1170&numero=94
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