¿Cómo los maestros abren una nueva
discusión
y crítica ante la globalización
dominante?
En el marco de la
sociohumanística de los programas académicos ligados al campo de la educación
se carece de una formación socio-política estructurada para ayudar a mirar
estos tiempos de cambio dentro de la globalización. Por tanto, cualquier
ejercicio que sustente y transforme los paradigmas y dinámicas docentes permite
reflexionar sobre el alcance e impacto de este fenómeno del capital en el
terreno educativo. Con base en las ideas
expuestas por Marco Raúl Mejía J., se tiene el propósito de explicar una
perspectiva de este fenómeno mundial que afecta y está implícito en todos los
aspectos de la vida individual y social.
Por tanto, se partirá de un breve comentario acerca del (1) origen
histórico de la globalización capitalista, (2) de sus alcances a través de los
organismos internacionales, (3) de sus desarrollos en aspectos como la
tecnología y los medios de comunicación, y finalmente se abordará el desafío
del maestro y la Escuela desde la educación popular.
En primer lugar,
el origen histórico de la globalización se remite entre el siglo XV y XVIII
cuando a través del colonialismo se expandía el capitalismo por territorios de
América Latina y África. Este proceso fue reorganizado por las sociedades
industriales en el siglo XIX y XX. Desde
entonces como una serpiente cambia de piel, así mismo la globalización ha
modificado sus dinámicas de control y dominación imponiendo la universalización
de la visión occidental del mundo.
Una de esas formas
de constante transformación se constituye por la influencia de la banca
multilateral. Por ejemplo, el Banco Mundial alimentan una visión
homogenizante de la educación excluyendo las culturas particulares y su modo de
construcción de lo público; generalizar el desarrollo de sus exigencias
excluyendo las recontextualizaciones territoriales; intenta estandarizar los
modelos y métodos de investigación en educación sin tomar en cuenta
intencionalmente la complejidad del campo educativo para fundar valoraciones
únicas y afirmaciones tajantes. También lo determina una actitud verticalista y
simplista respecto a innovaciones y experiencias exitosas de las reformas
asumiendo su transferibilidad intacta a otros países.
Socialmente,
el poder influyente de la globalización plantea una reorganización de las sociedades nacionales, donde éstas se
enfrentan a la sociedad global. Lo
nacional pierde su contenido a manos de los procesos de globalización en
marcha. Es así como el mundo virtual
funciona como nueva institución de socialización que forja que lo global está
en lo local produciendo una desterritorialización por la cual “me hago
habitante de otras culturas”.
En otro aspecto, los
medios de comunicación generan sonambulismo tecnológico que logra que los
ciudadanos voluntariamente se sometan a la globalización capitalista. Como consecuencia, se promueve mediáticamente
un modelo de homogenización planetaria mediante dinámicas de articulación que
ligan a los países del sur como consumidores. Precisamente,
la realidad que configuran los medios de comunicación es
asumida como espectáculo y crea la ilusión de la participación social y lleva a
reemplazar las ideas por las imágenes, lo cual genera una invisibilización y
repetición de lo social produciéndose una modelación mediática de lo público. A
la par, la tecnología ha generado una nueva cultura, la digital, agregando
nuevas formas y modalidades de comprensión. Sin embargo, para los adultos la
tecnología no es su medio natural, para los jóvenes sí, de ahí la necesidad de
desaprender y cambiar la mirada para entender los nuevos fenómenos. La cuestión sobre los usos de la tecnología
en la vida diaria oscila entre el utopismo tecnológico y el catastrofismo,
entre los tecnófilos y los tecnofóbicos.
Indiscutiblemente, educar
es un proceso que se construye mediante la mediación de artefactos técnicos y
sistemas lingüísticos, por eso ciencia y tecnología siempre están presentes en
los procesos formativos. Pero con la introducción
de TIC’s en la escuela, función docente como un simple operador técnico
despojándolo de su función crítica y pública y de su rol como agente
democratizador. Esto también está generando una brecha cada vez más amplia
entre los que acceden a la alfabetización digital y los que no dando lugar a
los infopobres.
En rigor, cabe el
interrogante: ¿Qué tiene que ver todo lo anterior con lo educativo? Mucho!
Empezando que la Escuela no tiene ya la exclusividad del patrimonio de
la información y el conocimiento y compite con otros agentes socializadores
como es el mundo virtual. La crisis de
la educación consiste en saber que todo el mundo educa, pero no todo el mundo
forma. La globalización quiere deshumanizar la educación cuando ésta
precisamente tiene su razón de ser en lo humano. La globalización extiende un
manto de tinieblas que impide ver todo el panorama de intereses que se juegan los
grandes grupos económicos transnacionales. Co todo esto, el
maestro se ve sometido a un proceso de pauperización, de proletarización
ideológica y técnica, por lo cual se ve obligado a trabajar tres jornadas al
día inclusive.
Sin embargo, a pesar de
esta precarización gremial, algunos maestros comprenden que la configuración
crítica de la pedagogía debe tender hacia la generación de geopedagogías que no
solamente es un tema de localización, sino categorial, que brinda un carácter y
una identidad a sus prácticas locales pedagógicas. De ahí que sea indispensable
el surgimiento de prácticas geopedagógicas que sean reconocidas como necesidad
de otros tipos de educación y de otras globalizaciones. Para ello, se requiere
del desarrollo de unas potencialidades críticas que en su práctica permitan la
capacidad de construir caminos alternativos respecto a la emergencia de otras
globalizaciones.
Por
tanto, es menester pedagogizar el conflicto –en todos los sentidos que el
término pueda tener- como aspecto connatural de la vida y como elemento
constante de la adaptabilidad al cambio a partir de la lectura integral del
mismo. Pensar el conflicto como hecho social y como replanteamiento pedagógico
de su mirada y abordaje genera apertura para los aprendizajes problematizadores
para recuperar la capacidad de transformar y modificar de fondo las relaciones
sociales. En otras palabras, este tratamiento del conflicto permitirá vincular nuevamente a las comunidades
educativas con la construcción de lo público constituyendo a la Escuela como
laboratorio de la transformación de la sociedad.
Desde
esta perspectiva, el desafío de los educadores populares para dejar de ser
idiotas útiles aclarando sus apuestas sociales, económicas y políticas en su
actitud política y pedagógica reconcibiendo la manera como se construye
sociedad mediante el acto educativo y pedagógico cotidiano. Así, asumir este desafío se constituye en uno
de los primeros pasos en la búsqueda de sentidos emancipadores en el campo
educativo. De esta forma, la educación popular asume una reflexión metodológica
a partir de los referentes del poder, la ética, el interés, la necesidad y la
práctica social que involucra al sujeto.
Esta reflexión sustentará dentro de las geopedagogías sus respectivos
proyectos pedagógico-ético-políticos.
En síntesis, el
maestro debe traducir su apuesta social en apuesta colectivas para construir
las geopedagogías locales que rompa con el silencio infértil y edificar la
impugnación y el empoderamiento en los nuevos procesos sociales. Esta apuesta no deberá perder de vista que la
Escuela tiene vocación de poder alternativo y constructora de transformaciones
construyendo identidades y pertinencia como elementos centrales para edificar
las escuelas en la actualidad. Así será posible desarrollar la capacidad de
construir propuestas desde el sur, desde abajo pregonando que otros mundos sí
son posibles. Obsérvese, por ejemplo, la revolución de los
pingüinos de Chile que hizo retroceder un poco una visión de la educación sin
pedagogía que se soporta en el discurso de los estándares y las competencias,
pero que según Ravitch no funciona para la calidad de la educación. Esta lucha se convirtió en algo que merece
replicarse contextualmente en toda América Latina. Es ese reto y tales apuestas las que se constituyen
en el hilo de Ariadna para entrar en aquel laberinto complejo de la
globalización y lograr vencer el Minotauro de los intereses creados del
capitalismo neoliberal. Pero ese mismo hilo servirá de ruta para ir más allá de
enfrentar los desafíos de la globalización imperante, es decir, construir
globalizaciones donde lo humano quepa en la ecuación del desarrollo de las
naciones.
BIBLIOGRAFÍA
·
MEJÍA J., Marco Raúl. Educación(es) en la(s) globalización(es) I. Capítulo
I y II. Ediciones Desde Abajo. Primera Edición. Bogotá, 2006. 332 páginas.
·
MEJÍA J., Marco Raúl. La(s) escuela(s) de la(s) globalización(es) II.
Capítulo I y II. Ediciones Desde Abajo. Bogotá, 2011. 375 páginas.
·
RAVITCH, Diane. Por qué cambié de opinión. Artículo. Diario Le Monde
Diplomatique. Edición Colombia. edición Nº94. Fecha de consulta: Marzo 10 de
2012. (Disponible en) http://eldiplo.info/mostrar_articulo.php?id=1170&numero=94
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